El objetivo de la enseñanza básica es contribuir al crecimiento de la persona para incorporarse a la sociedad, es decir, educar personas apasionadas y comprometidas con la realidad y con los otros. Una práctica de atención a la diversidad hace que sea una decisión inclusiva o exclusiva. La decisión inclusiva es aquella que es tomada por el centro, más está organización, menos esto y más aquello. Y por otro lado, la decisión exclusiva, se hacen las cosas más este modo de interaccionar con los alumnos, más esta programación y el modo de relacionarse los alumnos entre sí. Todas las personas merecen nuestro respeto y a todos debemos ofrecerles la oportunidad de crecer, de mejorar y de realizarse como seres humanos, educando de tal manera que hagan lo mismo con otros. Partiendo del principio de que todos somos diferentes y aportamos una riqueza personal y grupal.
Desde una perspectiva europea, el fracaso escolar ha sido considerado en un principio como un fenómeno educativo sin consecuencias sociales, pero poco a poco ha ido siendo un problema social preocupante debido a que los jóvenes excluidos de participación social han sido a menudo víctimas del fracaso escolar. Así, el fracaso escolar genera a la vez, fracaso social.
El éxito o fracaso escolar lleva consigo valoraciones del medio, condiciona el status social y determina expectativas futuras (académicas y sociales). El fracaso o éxito escolar implica la presencia o carencia de una serie de características en la persona. El fracaso escolar no sólo pone de manifiesto el rendimiento del alumno, sino que supone también el éxito o fracaso del propio sistema y de la política educativa en general. Uno de los temas más importantes a tener en cuenta es la formación de los futuros profesionales de la educación. En la cual debería abordar ciertas herramientas pedagógicas de intervención didáctica que les ayuden a prevenir el fracaso escolar. Estrategias que motiven a los alumnos, que les ayuden a “aprender a aprender”, que les den ocasiones de aprendizajes significativos que les ayuden a adquirir hábitos de trabajo continuado, que fomenten entre ellos unas habilidades de comunicación y de afecto.
El fracaso escolar, según la OCDE puede definirse según tres formas:
- Alumnos con bajo rendimiento académico, aquellos que durante la educación no alcanzan los objetivos mínimos de conocimiento
- Alumnos que abandonan o terminan la educación obligatoria sin la titulación
- Consecuencias sociales y laborales en la edad adulta de los alumnos.
Los factores que intervienen en el fracaso escolar son factores sociales; del alumno (interés, competencia, participación); centro docente (cultura, participación, autonomía, redes de cooperación); sistema educativo (gasto público, formación, tiempo de enseñanza,…); aula (estilo y gestión) y la familia (apoyo, nivel socioeconómico, dedicación,…).
Es entonces que para evitar el fracaso escolar y conseguir lo contrario debería fomentarse el liderazgo y la gestión escolar, fortalecer la comunidad escolar, formar mejor a la persona, y hacer una buena promoción y difusión de prácticas innovadoras.
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